En la casa antigua de Raúl,
calle Colina con Alfonso Ugarte,
subo por las escaleras,
y me encuentro en otro tiempo,
Rastros de una existencia,
ocupan el vacío del olvido,
maderas viejas y muebles empolvados,
cayéndose a pedazos,
la muerte, la ausencia
y la vida misma...
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